Las leyendas mexicanas forman parte de la ideología folclórica del país. Son trasmitidas de persona a persona, por esto no poseen un autor determinado. Las historias se realizan por medio de sucesos sobrenaturales y naturales que surgieron en lugares y épocas reales. De esta forma, se podrán brindar mayor veracidad a los relatos.
En la ciudad de México existen muchas leyendas conocidas. Entre las cuales, destacan el chupacabras, el árbol del vampiro, la llorona, la leyenda de los volcanes, entre otros. En este sentido, en este artículo conocerás más acerca de estas fantásticas historias.
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Las mejores leyendas mexicanas
Como se mencionó, existe una gran diversidad de leyendas mexicanas. En su mayoría son de gran antigüedad y fusionan culturas propias del país. Suelen reflejar las apariciones y fantasmas. Esto significa, que generalmente los espectros abundan en estas historias. Sin embargo, también existen otros personajes mitológicos y protagonistas de sitios embrujados. A continuación, seleccionamos algunas de las más resaltantes que existen.
Puente Clérigo
Un caballero portugués del siglo XIX conocido como Duarte Zarraga, enamoraba a Margarita Jáuregui. Ella tenía un tío que era muy protector, además de sacerdote. El cual, estaba muy molesto, porque se enteró de que Duarte tenía muchas deudas y se había casado dos veces. Entre los encuentros acalorados que tenían, Duarte terminó matándolo con un puñal y después lo tiró al río.
Seguidamente, de esos hechos tuvo que esconderse por varios meses. Pero un día que se disponía a visitar a su amada se dispuso a atravesar el puente. La mañana siguiente, encontraron su cadáver con rostro de terror al lado de un esqueleto que lo estrangulaba. El cadáver de Duarte tenía clavado un puñal en su cráneo.
La llorona
Entre las leyendas mexicanas, esta es una de las más conocidas. Tiene como protagonista a una mujer con un profundo y doloroso pesar. Este fantasma suele aparecer en las madrugadas y frecuentemente llora y trasmite una gran desesperación. Debido a un trágico final que tuvieron que vivir sus descendientes.
Dicha fémina, no puede descansar en paz, ya que la persigue el arrepentimiento por haber asesinado a sus propios hijos. Este acto lo hizo, producto del resentimiento que tenía hacia su marido que la traicionaba. Desde ese momento, se le escucha vagando y quejándose por diferentes lagos de México.
La piedra encantada
En la localidad de Tlalpan, de la Ciudad de México existe un arroyo que posee una roca de enorme dimensión. Muchos afirman que dicha piedra cuenta con la capacidad de poder desaparecer los días 24 y 31 de diciembre. En ese momento, surge en su lugar una tienda misteriosa. La leyenda trata de que si las personas entran a ese sitio, pretendiendo comprar, lo que lograrán conseguir es sumergirse en un mundo de cavernas oscuras.
Se dice que estas personas no salen de allí jamás. Después que pasan esos días, la roca regresa a su lugar habitual. Otros relatan que la llorona se encuentra dentro de la piedra, y sale de noche a esperar que su enamorado regrese.
Isla de las muñecas
La Isla de las muñecas es otra de las leyendas mexicanas. Sucedió en una isla flotante de la época precolombina. Allí se conseguían expandir los cultivos por todos los lagos. Concretamente, esta chinampa se ubicaba en el lago Xochimilco. En esta zona, hasta la actualidad se pueden conseguir miles de muñecas rotas.
Pero ¿por qué están esas muñecas allí? Se debe a que el año 1950 un personaje denominado como Julián Santa Ana, comenzó a colocarlas en esa área. Se conoce por parte de un sobrino de Julián, que allí había muerto ahogada una joven, desde ese momento empezaron a escuchar en esa isla voces y llantos de una mujer. Estas muñecas quizás eran usadas como un ritual para la protección.
Cierto día que Santa Ana se disponía a pescar, una sirena lo ahogó en el mismo sitio en donde murió la joven. Desde allí, su sobrino siguió con la tradición de acumular muñecas en la zona. Miles de reportajes y periodistas han documentado este evento y visitan la zona que consideran como milagrosa.
Iztaccíhuatl y Popocatépetl
Se tratan de dos volcanes de México que se encuentra justo en el centro del país. Sus nombres vienen de dos guerreros aztecas, y de la hija del jefe de una ciudad de esa localidad. Ambos se enamoraron, y Popocatépetl le promete a Iztaccíhuatl que volvería después de la guerra para estar a su lado.
Pero otro guerrero, que estaba enamorado de ella, la engañó y le dijo que esté había muerto en combate. La tristeza de ella fue tan grande que se suicidó. Al regresar Popocatépetl y conocer lo sucedido, hizo lo mismo. Es así como los dioses, al ver el hecho tan atroz y malvado, les conceden reencarnar en volcanes.
Los nahuales
Se refieren a unos personajes que se originaron en el periodo precolombino. Los dioses contaban con la capacidad de cambiar formas y convertirse en animales. Dicho proceder fue imitado por brujos y chamanes. Los cuales, usaban estos recursos en beneficio de todos en la sociedad. Es por ello, que las apariciones de los naguales se consideran como hechos deseables, ya que estos suelen manifestarse cuando alguien tiene alguna necesidad, y lo hacen en cuerpos de animales.
Panteón de los jardines del recuerdo
Existen muchas leyendas mexicanas, pero esta es muy interesante. El protagonista es el padre Anselmo. Lo importante más importante es en lo que se convirtió después de morir. El sacerdote no era mexicano, pero tenía muchos años dedicándose a esta comunidad. Por ello, contaba con muchos seguidores que lo cuidaban, querían y respetaban. Cumplidos sus 84 años, muere y el sepelio fue visitado por personas de distintos lugares.
La tristeza de todos los presentes era muy profunda. Al pasar los días, los encargados del cementerio visualizaron que algo extraño sucedía en la tumba del sacerdote. Pues se refería a que el pasto del sepulcro estaba maltratado, y aunque lo arreglaran siempre estaba así.
Al siguiente día, Vicente, un trabajador del cementerio, decidió pasar la noche vigilando el sepulcro. La mayor sorpresa que se llevó es que notó como algunas sombras se paraban alrededor de la tumba. Esto significa, que la bondad del padre Anselmo aún seguía al servicio de las almas vecinas.