La apasionante historia de las primeras tragaperras

Primeras tragaperras

Las tragaperras, slots o tragamonedas son unos de los juegos de casino más emblemáticos, estando además en países como España muy asociados a la cultura barista. Sin embargo, lo que no mucha gente sabe es que este formato de máquinas tiene un origen muy remoto, que se remonta nada menos que a finales del siglo XIX.

En este post, vamos a sumergirnos en su apasionante historia, abordando las primeras máquinas físicas que aparecieron y cómo fueron evolucionando después estos antecedentes de las sofisticadas tragaperras online actuales.

Las primeras precursoras de las tragaperras

Las precursoras de las tragaperras surgieron en  Nueva York en la década de 1890, cuando empezaron a extenderse por los bares de la ciudad unas máquinas a la que se podía jugar por cinco centavos, y cuya mecánica consistía en utilizar una palanca para accionar unos rodillos en los que aparecían cartas de póker, por lo que como podemos ver originariamente había una relación bastante estrecha entre los que después serían dos de los juegos de casino más populares.

Estas primeras máquinas eran manuales y no ofrecían premios en metálico de manera automática, por lo que cada bar establecía la recompensa que se llevaba el jugador en función de la combinación de cartas que ligase.

Liberty Bell, la primera tragaperras

No sería hasta 1895 cuando apareciese la considerada como primera máquina tragaperras en sentido estricto, la Liberty Bell, creada por Charles Fey, quien patentó un prototipo que reducía los rodillos de cinco a tres, sustituía las cartas del póker por varias figuras y, lo más importante, incorporaba una ranura para introducir las monedas.

Precisamente la denominación en inglés de las máquinas, slots, que podría traducirse por ‘ranura’, designa el hueco que tenían estas primeras máquinas para depositar las monedas, algo que se asoció a tragarlas y explica que al extenderse por Sudamérica se denominasen como tragamonedas y en España como tragaperras. En este caso, por el nombre por el que eran comúnmente conocidas las dos monedas de 10 y 5 céntimos de peseta más utilizadas: ‘perra gorda‘ y  ‘perra chica’.

Operator Bell, la máquina de las frutas

Un avispado empresario de Chicago, Herbert Mills, viendo el éxito de la máquina de Charles Fey, no dudó en copiar la idea y lanzó poco después la Operator Bell, que eso sí tuvo la aportación original de introducir por primera vez las frutas como símbolos. Además, fundó Novelty Company para fabricar y distribuir las máquinas, en lo que tuvo mucho éxito ya que su slot se difundió por infinidad de bares a lo largo y ancho del país.

Este y otro tipo de máquinas manuales continuaron extendiéndose sin grandes modificaciones hasta los años sesenta, cuando la compañía Bally Manufacturing lanzó las primeras modalidades electromecánicas, que además incorporaban tolvas que hacían que la deposición de monedas no estuviese limitada.

Fortune Coin, una máquina a medida para los casinos

Por último, el ciclo evolutivo de las tragaperras físicas se cerraría en 1976 con la irrupción de Fortune Coin, una máquina dotada de televisor de 19 pulgadas que fue presentada en Las Vegas, lo que resultaba bastante profético de la relevancia que tendrían este tipo de slots dentro de la oferta de entretenimiento de los casinos.

Después, cuando surgió internet emergieron las plataformas de juegos de casino online que como sabemos tienen en las tragaperras digitales unos de sus principales atractivos, ya que ofrecen a los usuarios la oportunidad de disfrutar de infinidad de propuestas que destacan por su variedad temática, riqueza gráfica y jugabilidad.

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