Hematocrito alto y bajo: ¿Qué significa?

Hematocrito alto y bajo

Como parte del análisis sanguíneo rutinario -mas correctamente llamado hemograma– parte de los valores que se determinan tienen que ver con las características de los glóbulos rojos y su hemoglobina relacionada. La sangre puede variar en concentración de células sanguíneas, dependiendo de la proporción de líquido plasmático en la que estén suspendidos sus diferentes tipos celulares.

Como parte de esta evaluación, se le conoce como “hematocrito”, o más técnicamente “análisis de volumen corpuscular medio” a la proporción de células sanguíneas correspondientes a los eritrocitos presentes en un volumen sanguíneo determinado. Se trata, por lo tanto, de una prueba de evaluación de la concentración de hematíes (eritrocitos) en la sangre.

Los valores del hematocrito están directamente relacionados en el hemograma con la cantidad total de hemoglobina en sangre, así como con el recuento de eritrocitos (glóbulos rojos), ya que cada uno evalúa un aspecto complementario de la dinámica de dichas células sanguíneas. 

Precisión en el análisis de hematocrito o volumen corpuscular medio

Al ser una relación volumétrica entre la proporción de sólidos (hematíes o glóbulos rojos) presentes en un medio líquido (plasma sanguíneo), la precisión de los valores en la prueba de hematocrito depende de varios factores, que pueden hacer variar la exactitud de la prueba:

  • El tamaño relativo de los glóbulos rojos.
  • El grado de hidratación o deshidratación de la persona.
  • Haber sido sometido a una transfusión sanguínea reciente.
  • Haber donado sangre horas antes.
  • Haber sufrido de un evento de pérdida sanguínea reciente, como una hemorragia interna, o una herida abierta y sangrante.
  • La condición de embarazo.
  • Vivir a presiones atmosféricas bajas (a una altitud elevada), porque incrementa la cantidad de glóbulos rojos en sangre para compensar la falta de oxígeno atmosférico y evitar la hipoxia.
Hematocrito alto y bajo

Valores normales del hematocrito

  • Los intervalos de valores críticos del hematocrito considerados normales, presentan ligeras variaciones relacionadas con la edad del paciente (sobre todo en niños y hasta bien avanzada la adolescencia), el sexo y la raza.
  • Los valores extremos del intervalo de confianza considerado como normal, también varían ligeramente según el criterio establecido por cada laboratorio de bioanálisis y entre unos médicos y otros.
  • Los valores normales mas comunes de hematocrito para las mujeres oscilan entre 35,5 y 44,9%, siendo el valor de referencia en caso de embarazadas, entre 34 y 47%.
  • En hombres, el valor normal de hematocrito oscila entre 38,3 y 50,3%, para mayores de 18 años.
  • En recién nacidos, oscila entre 45 y 61%.
  • En lactantes, los valores normales de hematocrito van de 32 a 42%.
  • A partir del primer año de vida, el valor oscila entre 36 y 44%.
  • En niños entre tres y cinco años el valor normal va de 36 a 43%.
  • Para edades comprendidas entre cinco y quince años, el valor normal de hematocrito se estima entre 37 y 45%.
  • Los deportistas de alto desempeño, con gran demanda respiratoria, suelen presentar niveles de hematocrito más elevados que el resto de las personas.
  • Por si solo, el análisis de hematocrito tiene poco significado clínico, pero puede ayudar al médico a sospechar que existe alguna alteración de salud en la que es necesario profundizar en su diagnóstico, pues tener glóbulos rojos en defecto o exceso puede ser indicativo de la presencia de ciertas enfermedades.

Revisemos a continuación el significado de los valores altos o bajos de contaje del hematocrito.

Hematocrito alto

Los valores desplazados sobre el límite superior del intervalo de normalidad pueden ser indicativos de:

  • Algún nivel de deshidratación. Esta situación suele presentarse con frecuencia en ancianos, quienes  olvidan consumir suficiente líquido pues han perdido sensibilidad hacia la sensación de sed.
  • Tabaquismo, ya que genera hipoxia.
  • Trastorno metabólico que induce a la producción de glóbulos rojos en exceso (eritrocitosis); esta condición patológica se conoce como policitemia primaria.
  • Desarrollo de algunas enfermedades de origen pulmonar, que generan insuficiencia para inhalar suficiente oxígeno, compensándose con el aumento de producción de eritrocitos.
  • Desarrollo de cardiopatías congénitas.
  • Presencia de tumor renal de producción excesiva de eritropoyetina.
  • Desórdenes de origen genético, que originan anomalías en la captación del oxígeno por reducción en su afinidad por la hemoglobina.
  • Patologías de la médula ósea
  • Consumo mal regulado de eritropoyetina

Los niveles elevados de eritrocitos en sangre muestran síntomas que conducen al médico tratante a indicar el hemograma para su diagnóstico. Entre ellos, tenemos:

  • Debilidad.
  • Fatiga.
  • Sudoración excesiva.
  • Intolerancia a altas temperaturas ambientales.
  • Hematomas.
  • Sangre oculta en heces y orina.
  • Prurito e irritación cutánea tras una ducha.
  • Valores de hematocrito superiores a 60%, que aumentan la densidad sanguínea, haciendo mas difícil y lenta la irrigación, sobre todo a nivel de pequeños capilares, favoreciendo la hipoxia de los tejidos.
  • Elevación del riesgo de infarto o accidente cerebro-vascular, por riesgo implícito en la formación de coágulos sanguíneos.

Hematocrito bajo

Los valores por debajo del límite inferior del intervalo de normalidad pueden indicar:

  • Presencia de anemias derivadas, como anemia hemolítica autoinmune, anemia aplásica, síndrome mielodisplásico, leucemia mieloide aguda, mieloma múltiple y algunos linfomas.
  • Anemias derivadas de defectos en la formación y maduración del eritrocito, como anemia falciforme y esferocitosis.
  • Anemias derivadas de defectos en la función enzimática, como en la enzima G6PDH.
  • Desnutrición.
  • Valores inadecuados de vitamina B12, ácido fólico y hierro.
  • Sangrado interno, particularmente de origen gastrointestinal o urinario.
  • Sangrados menstruales abundantes.
  • Sangrado interno por traumatismo severo.
  • Hidratación en exceso (polidipsia).
  • Insuficiencia renal por desbalance en producción de eritropoyetina.
  • Lesiones de la médula ósea por tratamientos oncológicos.
  • Inhibición de la función medular debida a exposición a fármacos tóxicos o sepsis no controlada.

Los niveles bajos de glóbulos rojos sanguíneos se reflejan en los siguientes síntomas:

  • Fatiga.
  • Palidez e ictericia.
  • Debilidad.
  • Mareo y aturdimiento.
  • Respiración jadeante.
  • Taquicardias.
  • Boca seca y agrietada.

En casos extremos de desbalance:

  • Depresión
  • Alucinaciones (delirium tremens)

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