El eclipse lunar es un evento astronómico que ocurre cuando la Tierra, la Luna y el Sol se alinean. Y a diferencia del eclipse solar, se puede apreciar por una considerable cantidad de horas.
La Luna completa su órbita a los 29 días, sin embargo, los eclipses lunares durante un año son pocos. Se registran mínimo dos y como máximo cinco. Este hecho se debe a que los tres astros involucrados no están en el mismo plano orbital.
Son diversos los factores que inciden en un eclipse lunar, por ello acá te contamos un poco sobre este espectacular evento.
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¿Cuándo y por qué se produce un eclipse lunar?
En el momento en el que la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna se genera un cono de sombra. Es este cono, el encargado de oscurecer a la Luna, bloqueando la luz solar y dando paso a un eclipse lunar.
Durante la fase de luna llena es cuando se producen los eclipses. Su duración y tipo dependerá de la ubicación de la Luna, con referencia a sus nodos orbitales. En este sentido, los eclipses lunares tienen tres clasificaciones que verás en el siguiente apartado.
La clasificación del eclipse lunar
Tal y como mencionamos antes, existen tres clasificaciones para este tipo de eclipse. Total, parcial y penumbral. Debes tener claro que la Tierra proyecta dos sombras, las cuales son umbra y penumbra. A continuación, conoce los detalles:
Eclipse total
Sucede cuando la Luna se introduce en el cono de sombra, generado gracias a la posición del planeta Tierra. En este eclipse nuestro satélite se torna de color rojizo, puesto que deja de recibir la luz del Sol.
Eclipse parcial
Acá, la Luna no atraviesa completamente la sombra generada por la Tierra. Por tal motivo, al visualizar el satélite una parte está oscura y la otra se asemeja a una mordida. Su frecuencia es relativa y la más común.
Eclipse penumbral
Son muy especiales y difíciles de percibir. Dicho acontecimiento es producto de la Luna introduciéndose en la penumbra terrestre. Un evento particular, ya que en esta zona solamente una pequeña parte de los rayos de luz del Sol son bloqueados. En consecuencia, la Luna no se oscurece en gran manera y a simple vista es complicado observar estos eclipses.
Los colores de los eclipses
La dispersión de la luz refractada por la atmósfera terrestre da lugar al color rojizo que se aprecia en un eclipse total. Al presentar nubes, así como polvo en suspensión, la atmósfera de la Tierra refracta luz del Sol en el espectro rojo. Todos estos elementos intervienen en el oscurecimiento lunar.
Por su parte, el cono de sombra también es parte importante en la coloración de la Luna durante un eclipse. Aunado a ello, cuando la luz atraviesa la estratósfera en la parte superior esta penetra en la capa de ozono. Es así como la luz roja se absorbe y posteriormente se torna azul refractándose al borde del eclipse.
Sus contactos o etapas
Los contactos de un eclipse lunar determinan la duración del mismo. Por ejemplo, la mayor duración de un eclipse es de 6 horas. En este caso, el basamento de este dato proviene de la diferencia entre el primer y sexto contacto.
Primer contacto (P1)
Corresponde al inicio del eclipse penumbral. En esta etapa la Luna toca el límite exterior de la penumbra de la Tierra.
Segundo contacto (U1)
Nuestro satélite toca el límite exterior, pero en esta ocasión de la umbra terrestre. Comienza el eclipse parcial.
Tercer contacto (U2)
La superficie de la Luna entra totalmente en la umbra terrestre. El eclipse total inicia.
Máximo de eclipse
La Luna se posiciona en el punto más aproximado al centro de la umbra. Por ende, esta etapa es la de mayor ocultación.
Cuarto contacto (U3)
El punto más externo de la Luna se aleja de la umbra y culmina el eclipse total.
Quinto contacto (U4)
Ya la Luna no se posiciona en la umbra de la Tierra. Finaliza el eclipse parcial.
Sexto contacto (P2 o P4)
Constituye la culminación del eclipse penumbral.
Observación lunar que data de tiempos antiguos
Los pueblos maya e inca adoraban a seres sobrenaturales que según ciertas referencias tenían relación con la Luna. Asimismo, los babilónicos desde el 750 a. C. se encargaron de seguir y medir los fenómenos celestes.
En el continente asiático, para ser específicos en China, los registros de eclipses datan del 720 a. C. También Tales de Mileto, un sabio griego, pensaba que la Luna estaba más cerca del Sol que la Tierra.
Para la Edad Media, Leonardo Da Vinci señala la fabricación de lentes de observación lunar a través de la refracción. Pero siglos después, Isaac Newton tuvo la idea del telescopio reflector. Su basamento era la observación por medio de un espejo, a fin de no registrarse errores cromáticos de los refractores.
Estos son solo unos pocos datos sobre el estudio de nuestro satélite en tiempos antiguos. Y es que hasta la actualidad la observación lunar es cada vez más precisa con la tecnología.
Creencias populares sobre el eclipse lunar
En épocas anteriores, cuando no se sabía cómo se originaban los eclipses, la gente creía que atraían malos augurios. De hecho, el eclipse total era llamado «Luna de sangre», como resultado de su tono rojizo.
Se dice que los romanos hacían ruidos muy fuertes para asustar al demonio que según sus creencias causaba los eclipses. Igualmente, los mayas pensaban que los eclipses lunares o solares querían decir que ambos astros estaban en guerra.
Quizá una de las creencias más actuales es la de que una mujer embarazada no puede ver eclipses lunares. Si los visualiza podría ser peligroso para el feto.
Es normal también que asocien la aparición de manchas y lunares a estos eclipses. Otras condiciones más complejas de salud, como deformidades son adjudicadas a este evento.
Puesto que se trata de la alineación del Sol y la Luna, los eclipses son vistos como una señal impactante. Pues hay quienes consideran que se refiere al fin del mundo.