Resumen de Romeo y Julieta, de William Shakespeare

Resumen de Romeo y Julieta de William Shakespeare

En la literatura, las historias de amor han sido considerablemente representativas. Una de las más populares demuestra uno de los amores más trágicos de todos los tiempos, se trata de la adaptación de la obra del dramaturgo inglés William Shakespeare titulada Romeo y Julieta, la cual fue escrita entre los años 1591 y 1595.

Para esta obra, Shakespeare usó como referencia la versión anglosajona ejecutada por Arthur Brooke del relato italiano de 1562 “The Tragical History of Romeus and Juliet” de Mateo Bandello. Esta obra se ha vuelto todo un clásico. De ella se han realizado incontables adaptaciones en teatros, cine, musicales y ópera. La fascinación por esta obra ha sido tan marcada que nos ha llevado a presentar un resumen de este escrito romántico y triste.

Resumen de Romeo y Julieta

En Verona – Italia, durante la época del Renacimiento, dos clanes distinguidos: los Montesco y los Capuleto, están atrapados en una amarga y antigua disputa, cuyo origen nadie aún con vida puede recordar.

Después de una serie de peleas públicas entre los nobles y los sirvientes de las dos familias que derramaron sangre y alteraron la paz en las calles de la ciudad de Verona, lleva al gobernante, el príncipe Escalo, a pronunciarse ante esta situación.

Estatua de Julieta
Estatua de Julieta

En su pronunciamiento, el príncipe declara: “que cualquier miembro de las familias involucrado en alguna lucha futura, será condenado a muerte.” Pasado un tiempo, como era costumbre cada año, la casa de los Capuleto organizaba su baile de máscaras, donde por supuesto, los Montesco no estaban invitados.

La fiesta de máscaras de Capuleto

Mientras que el señor y la señora Capuleto se preocupan por los arreglos para la fiesta, asegurándose de que todo fuera perfecto para sus amigos e invitados, también se impacientaban por el encuentro de su hija Julieta con el apuesto conde Paris en el baile, del cual esperan que florezca el amor entre ambos.

Los Capuleto tenían el pensamiento de que su hija ascendería en la escala social de Verona, a través de un casamiento con el joven conde Paris. Julieta para esos tiempos tenía ya 13 años, casi la edad para contraer lapsos nupciales.

Pero, durante la fiesta se presentan dos Montesco, Romeo de 16 años y su primo Benvolio junto con Mercucio un compinche de aventuras obsceno y de lengua vivaz, allegado del príncipe Escalo, que se embarcan en esta complicada aventura. Romeo asiste a la fiesta a regañadientes y sólo porque espera ver a Rosalina, una joven de la que cree estar perdidamente enamorado y quien ha perseguido sin éxito durante bastante tiempo.

Teobaldo, un miembro de sangre de la casa Capuleto, nota la intrusión de los Montesco y los distingue a pesar de sus máscaras, pero cuando blande su espada y comienza a acercarse a ellos para inducir una contienda, Capuleto insta a Teobaldo a no avergonzar a su familia durante la realización de la fiesta.

El encuentro entre Romeo y Julieta

Cuando Romeo enmascarado ve a Julieta desde el otro lado de la habitación, instantáneamente se enamora de ella, y Julieta igualmente le corresponde. Los dos jóvenes comienzan a hablar e intercambian chistes sugerentes y luego se besan. Cuando termina la fiesta, Romeo y Julieta se separan el uno del otro para atender a su círculo cercano, en ese entonces es que descubren por separado quién es realmente el otro.

Ambos jóvenes están angustiados ante tal realidad, y es allí donde Julieta lamenta que “su único amor ha brotado de su único odio”. Mientras la fiesta termina y los compañeros de Romeo se preparan para irse, Romeo se separa de ellos, salta una pared de un huerto y se esconde en la oscuridad debajo de la ventana del dormitorio de Julieta.

Ella sale a su balcón y se lamenta de su amor prohibido por Romeo, deseando en voz alta que él pudiera tener otro nombre. Romeo salta de su escondite y le dice a Julieta que él haría cualquier cosa por ella, está decidido a estar con ella a pesar de los obstáculos que enfrentan. En ese momento, los jóvenes enamorados intercambian votos de amor, donde Romeo promete buscar a Julieta en la mañana para que puedan casarse rápidamente.

Balcón de Julieta en Verona
Balcón de Julieta en Verona

Nupcias entre Romeo y Julieta

Al día siguiente, Romeo visita a un fraile amable pero filosófico, Fray Lorenzo en sus aposentos. Le ruega a este que lo case con su nuevo amor, Julieta. Fray Lorenzo insta a Romeo a que se relaje y se tome un tiempo en lo que respecta al amor: «estos placeres violentos«, predice, «tienen fines violentos«; pero Romeo insiste en que él y Julieta saben lo que están haciendo.

Fray Lorenzo razona y determina que un casamiento entre los jóvenes podría poner fin a la vieja hostilidad de sus padres. En la tarde de ese día, Benvolio y Mercucio se tropiezan con Teobaldo, quien está furioso porque los Montesco se introdujeron en la fiesta de los Capuleto.   

Desafío entre Teobaldo y Romeo

Así que Teobaldo en un escrito reta a Romeo a un duelo, durante ese ínterin Mercucio y Benvolio están preocupados por el impulsivo Romeo a la altura del desafío del hábil Teobaldo. Cuando Romeo hace de su presencia frente a Teobaldo, Benvolio y Mercucio se encuentran intercambiando púas verbales y tambaleos provocadores de una definitiva pelea.

Romeo hace todo lo viable para evitar un enfrentamiento con Teobaldo, ya que él y Julieta unos minutos antes estaban juntos en el recinto del Fray Lorenzo, donde habían contraído en encubierto nupcias. Por lo que Romeo evita cualquier enfrentamiento contra Teobaldo, que ahora es técnicamente su pariente. 

Antes de que Romeo pueda explicar sus razones para dudar, Mercucio intercede disgustado y desafía a Teobaldo a un duelo él mismo. Romeo media intentando separarlos, pero Teobaldo apuñala y mata a Mercucio bajo el brazo de Romeo. Mercucio muere a causa de sus heridas. Detracta tanto a los Montesco como a los Capuleto e invocando que «una plaga llegará a ambas casas».

Destierro de Romeo de Verona

En una rabia miserable y lúgubre, Romeo lesiona mortalmente a Teobaldo y luego se declara «tonto de la fortuna», mientras que Benvolio le pide que se apresure a salir de la plaza. Casi de inmediato, hace presencia el príncipe, la guardia de los ciudadanos junto con los ancianos de los Capuleto y los Montesco. Benvolio le cuenta al príncipe lo que ha sucedido, donde este decide desterrar a Romeo a Mantua en lugar de sentenciarlo a muerte.

De vuelta en la mansión de los Capuleto, Julieta aguarda soñadora la llegada de Romeo de quien cree que se apresura a salir de la iglesia para permanecer juntos su primera noche de nupcias. Los ensueños de Julieta se hacen añicos cuando su nodriza entra y le informa que Romeo ha matado a su primo Teobaldo y que el joven ha sido desterrado de Verona.

Julieta se halla muy furiosa con Romeo por cegar la vida de Teobaldo, pero al mismo tiempo, su amor por él es tan intenso que admite que prefería que él viviera que Teobaldo. Julieta le pide a su nodriza que vaya a buscar a Romeo y se lo lleve, haciéndole saber que todavía quiere verlo a pesar de sus acciones.

La nodriza se dirige a la residencia de Fray Lorenzo, donde se esconde el miserable, avergonzado y enojado Romeo. Aunque Romeo lamenta su destino ante el Fray Lorenzo, el fraile insta a Romeo a que se dé cuenta de que tiene suerte de estar vivo y promete encontrar una manera de traerlo de regreso a Verona desde el exilio en Mantua lo suficientemente pronto.

Último encuentro de Romeo y Julieta

La nodriza llega y le pide a Romeo que la acompañe a los aposentos de Julieta, él la sigue alegremente y Fray Lorenzo insta a Romeo a que se dirija directamente a Mantua por la mañana y espere noticias de un mensajero. La muerte de Teobaldo afecta profundamente a los Capuleto, por ello deciden casar a Julieta con Paris de inmediato, para animar a Julieta y a la familia.

Mientras tanto, Julieta y Romeo se despiden al amanecer siguiente y aunque Julieta dice que tiene la terrible sensación de que nunca volverá a ver a Romeo, lo insta a que se apresure a llegar a Mantua. En ese entonces, la señora Capuleto entra en la habitación de Julieta justo después de que Romeo se va y encuentra a su hija llorando.

Creyendo que Julieta todavía está triste por la muerte de Teobaldo, la señora Capuleto le da la noticia de que pronto se casará con Paris. Julieta se objeta y su madre la insta a que le cuente su decisión a su padre. Capuleto entra y justo cuando Julieta refuta terca y airadamente el arreglo que han hecho para ella, Capuleto amenaza con repudiarla.

La señora Capuleto se pone del lado de su marido, e inclusive la nodriza sugiere a Julieta que se case con Paris y se relegue de Romeo. Pero Julieta con prontitud va a ver a Fray Lorenzo, enfurecida, amenazando con suicidarse si él no puede idear un plan para sacarla de su matrimonio con Paris.

El falso fallecimiento de Julieta

Fray Lorenzo, sintiendo el profundo dolor de Julieta, rápidamente se le ocurre un plan. Le da un frasco de una poción que una vez que la tome la hará parecer como si estuviera muerta, pero en realidad sólo la pondrá a dormir durante unas 40 horas. Posteriormente, Julieta, quien será enterrada en la tumba de los Capuleto, una vez que se despierte allí, Fray Lorenzo la recogerá y la esconderá hasta que Romeo regrese de Mantua.

El fraile asegura darle noticias del plan a Romeo para que pueda regresar rápidamente a casa. Julieta toma el frasco y regresa a casa con él. Aunque teme que la poción la mate o no funcione, Julieta la bebe e inmediatamente cae inconsciente. A la mañana siguiente, la familia de los Capuleto se despierta y descubre que Julieta aparentemente ha muerto.

Mientras que los señores Capuleto lloran dramáticamente la pérdida de su hija, Fray Lorenzo los regaña por sus lágrimas. En vida, dice, buscaron la promoción social de Julieta, ahora que está en el cielo, ha acogido la mayor promoción de todas.

En Mantua, el criado de Romeo de nombre Baltazar se acerca y le dice que Julieta ha muerto. Romeo, quien está devastado, planea «negar las ​​estrellas» y regresar a Verona. Sin embargo, antes de salir de Mantua visita la tienda de un boticario local que vende venenos prohibidos. Si Julieta realmente está muerta, Romeo planea beber el frasco de veneno y suicidarse dentro de la tumba de la joven.

De vuelta en Verona, Fray Lorenzo se entera de que su hermano cofradía el Fray Juan no ha podido entregar la carta sobre la fingida «muerte» de Julieta a Romeo, por lo que Romeo no tiene idea de que Julieta está realmente viva. Fray Lorenzo se apresura a la cripta de los Capuleto para intentar evitar cualquier calamidad.

Representación de Romeo y Julieta

El final de Romeo y Julieta

Sin embargo, en el mausoleo se avecinan problemas. Paris ha llegado con su paje con la intención de esparcir flores alrededor de la catatumba de Julieta, mientras que Romeo y Baltazar se aproximan. Al percatarse de la llegada de alguien, el joven Paris se esconde para ver quién ha llegado a la cripta, allí aparece Romeo con algunas herramientas con las cuales procede a romper la tumba de los Capuleto.

Paris sorprendido y ofendido, se adelanta para detenerlo y es así de esta manera que comienzan a luchar, pero Romeo termina causándole un daño mortal a Paris. Acto siguiente, Romeo logra abrir la tumba de Julieta. Mientras Romeo mira a Julieta, nota que sus mejillas y labios todavía parecen enrojecidos de sangre, pero creyendo que está muerta decide beber el veneno después de un beso final. 

Fray Lorenzo llega para encontrar una escena terrible ante él. Casi al instante Julieta se despierta y Fray Lorenzo la insta a seguirlo sin mirar los cuerpos. Sin embargo, cuando se acercan los sonidos del reloj de los ciudadanos, el fraile huye y le ruega a Julieta que lo siga para poder instalarla en un convento.

En cambio, Julieta se queda atrás con el cadáver de Romeo y al ver el veneno en su mano intenta beber una gota de sus labios pero Romeo no le ha dejado ninguna. Sin embargo, saca la daga de Romeo de su cadera y la usa para posteriormente quitarse la vida.

En otro lugar se encuentran el Fray Lorenzo, Baltazar y el paje de Paris relatando lo sucedido a los Capuleto, Montesco y el príncipe Escalo, quienes proceden a apersonarse al lugar de los hechos para investigar lo sucedido.

A medida que se descubre la verdad, el príncipe Escalo les dice a los representantes de ambas casas que su odio ha matado a sus hijos, por lo que «todos», dice el príncipe, «son castigados». Finalmente, con la triste verdad de que nunca verán con vida a los jóvenes enamorados, las dos familias los Capuleto y los Montesco, acuerdan poner fin a su enemistad y erigir estatuas de oro a los hijos de cada uno en la plaza del pueblo.

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