¿Cama mojada en verano? Descubre posibles razones y cómo limpiar tu colchón de sudor si te ha pasado

Cama

Hay pocas cosas que generen más trastorno que el hecho de no dormir bien. El sueño es un período de reposo gracias al cual el cuerpo y la mente pueden descansar y restablecerse. Repara el cansancio físico, pero es también fundamental para el aprendizaje y la memoria.

Sin embargo, los trastornos del sueño son comunes a una gran parte de la población. Cuando se presentan problemas durante el sueño se producen efectos negativos, ya que dormir poco o mal puede generar o agravar problemas de salud, como trastornos neurológicos o cardiovasculares. De hecho, la Organización Mundial de la Salud considera que los problemas de sueño son una epidemia de salud pública que afecta en torno al 40% de la población mundial. En torno al 10% de la población adulta padece insomnio crónico. Una encuesta realizada en 2019 por la Sociedad Española del Sueño cifró en el 58% el porcentaje de la población española que duerme mal.

Los factores de riesgo de este trastorno son muy variados. Pueden ir desde las causas físicas a los hábitos de vida poco saludables o la falta de tiempo. En otras ocasiones, basta corregir un pequeño factor para solventar el problema. Es el caso, por ejemplo, de la sudoración nocturna, que pueden afectar en torno a un tercio de la población adulta.

Sudar no es malo y, de hecho, es un mecanismo fundamental para equilibrar la temperatura corporal permitiendo que el calor se evapore por la piel. Sin embargo, hay personas que sudan es exceso, lo que puede provocarles problemas de sueño.

Razones de la sudoración nocturna

La sudoración nocturna es la sudoración mantenida e intensa durante el sueño. Se calcula que la sudoración excesiva o hiperhidrosis afecta al 4% de la población. Se define como un tipo de afección de las glándulas sudoríparas que provoca una producción de sudor mayor a la habitual. Este aumento de la sudoración acaba afectando de manera directa a la piel de determinadas zonas, que están constantemente húmedas, de modo que la piel puede enrojecerse, inflamarse, e incluso agrietarse y sufrir todo tipo de infecciones.

Las causas que pueden provocarla son muy variadas: infecciones, tumores, ataques de pánico, medicamentos… También puede ser un síntoma secundario de alguna enfermedad metabólica o cambio hormonal. Sin embargo, la mayor parte de las veces no tiene causas graves.

La hiperhidrosis puede ser primaria, cuando la sudoración excesiva se focaliza en manos, pies y axilas mayoritariamente, sin causa aparente, o secundaria, en cuyo caso es un síntoma de otra afección médica, que se presenta en todo el cuerpo o de manera focal en una zona.

En todo caso, los molestos sudores nocturnos van a dificultar el descanso que necesitamos, lo que puede acabar provocando otros problemas.

Aumento de la temperatura como factor que ayuda a la sudoración nocturna

Como ya hemos comentado, el sudor se produce para mantener el cuerpo fresco en situaciones de aumento de la temperatura. Esta tarea fisiológica es función de las glándulas sudoríparas, y las personas que sufren hiperhidrosis tienen unas glándulas sudoríparas con mayor actividad.

Sudoración nocturna

A esta actividad disfuncional de las glándulas se le pueden sumar factores coadyuvantes. Por ejemplo:

  • Que la habitación esté demasiado caliente. Evidentemente, la subida de las temperaturas propia del periodo estival no ayuda a las personas que sufren hiperhidrosis. En los próximos años es previsible, además, el aumento de la temperatura del planeta como resultado del cambio climático.
  • Un colchón inadecuado que absorba demasiado calor, lo que se agrava a medida que va pasando la noche. Cuando el colchón está demasiado caliente, el cuerpo debe sudar más para reducir la temperatura corporal.
  • Dormir sobre materiales no transpirables.
  • La menopausia. Los cambios hormonales en el cuerpo durante la menopausia pueden incrementar el sudor durante la noche.
  • La falta de agua, que dificulta que nuestro cuerpo rebaje por sí solo la temperatura corporal.
  • El exceso de comida, la ingesta de alcohol y las comidas picantes poco tiempo antes de acostarnos, pues incrementan la temperatura corporal.
  • Un exceso de peso.

Remedios contra la sudoración nocturna

Todos los factores que acabamos de citar pueden ser controlados. El principal consejo para evitar un exceso de sudoración es controlar la temperatura del entorno. Mantener la habitación ventilada antes y durante el sueño es muy importante para evitar pasar demasiado calor. La mejor ventilación es la natural, pero activar con temporizador el aire acondicionado o el ventilador también es un remedio válido.

Limpiar colchón

A veces es difícil encontrar la temperatura óptima para los dos miembros de la pareja. En ese caso, una solución eficaz es usar varias capas de sábanas y edredones finos, de modo que cada uno se tape con lo que necesite.

Existen también productos antitranspirantes de alta eficacia, que ayudan a controlar hasta en un 40% el nivel de sudoración.

Evitar la comida picante, grandes comilonas antes de dormir y la ingesta de alcohol también ayudará a evitar la sudoración excesiva, facilitando el sueño.

Cómo limpiar el colchón de sudor

Por último, si la sudoración excesiva acaba empapando y manchando el colchón, nuestra recomendación es que no te agobies. Una mezcla de amoniaco diluido en agua y jabón hará que quede como nuevo. Afortunadamente, estas manchas no son tan rebeldes como otras. Simplemente no empapes el colchón demasiado y utiliza la esponja bien escurrida.

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