Los laboratorios son lugares donde se necesita un trabajo minucioso y preciso para lograr que los experimentos que se llevan a cabo sean exitosos. Por ello, hay que poner un especial cuidado en los líquidos y sustancias utilizados y en los instrumentos del laboratorio, como pinzas, tubos de ensayo y frascos. Ya que, es la única manera de asegurar que los procesos realizados en el laboratorio se ejecuten correctamente y de manera segura.
Los matraces son instrumentos imprescindibles, porque son envases resistentes y versátiles, ideales en una variedad de experimentos. En el área científica e investigativa, el más conocido y útil de ellos es el matraz de Erlenmeyer.
El matraz de Erlenmeyer es un envase de vidrio muy utilizado en los laboratorios de diversas especialidades científicas. Este recipiente también conocido como frasco de Erlenmeyer es de vidrio transparente, con la base plana, un cuello cilíndrico corto y estrecho, con un cuerpo en forma de cono.
Es un envase de vidrio que tiene una escala en un costado y es capaz de contener materias sólidas y líquidas de diversa índole. Debe su nombre, al químico alemán Emil Erlenmeyer, nacido el 28 de junio de 1825, en Taunusstein, quien Inventó el matraz en 1861.
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Características del Matraz de Erlenmeyer
El matraz de Erlenmeyer es uno de los instrumentos más seguros de utilizar en un laboratorio, debido a su estructura y a los materiales con los que es fabricado. Una de sus características más resaltantes de este matraz es que evita el derrame de líquidos o sustancias debido a la forma de su delgado cuello. Así que, aunque se mezclen o agiten soluciones dentro del recipiente, estas permanecen en su interior, sin ningún tipo de riesgo para las personas que ejecutan los experimentos.
Son resistentes, por lo que se pueden calentar a temperaturas elevadas y también, soportan en su interior reacciones químicas violentas. Otro de sus atributos, es que su estrecho cuello puede asirse sin problemas con agarraderas o pinzas, durante los experimentos. También, admite colocar tapones esmerilados o de algodón en su boca, que garantizan un cerrado hermético.
Esto facilita mantener dentro de él, las sustancias sin que se contaminen, resultando más apropiado que los tubos de ensayo tradicionales. Igualmente, se pueden dejar reposando sobre su base plana sin problemas o colocarlo en mecheros, trípodes u otras superficies. Aunque tiene una graduación para medir líquidos, sus medidas son poco precisas.
Evidentemente, estos matraces son de mucha utilidad en cualquier laboratorio y requieren ser cuidados para aprovecharlos durante largo tiempo.
Funcionamiento del Matraz de Erlenmeyer
El matraz de Erlenmeyer es un frasco de vidrio de borosilicato delicado, entonces debe usarse correctamente, con las precauciones necesarias al usarlo.
Para utilizar este recipiente, es importante hacerlo apropiadamente:
- Hay que colocarlo en un trípode, si se va a usar para llevar un líquido a su punto de ebullición.
- Cuando se ubica en el trípode, para preservar el frasco, hay que ponerlo encima de una tela metálica, antes de colocarlo sobre un aro de metal.
- Cuando está expuesto al fuego, hay que sostenerlo por el cuello, con agarraderas o pinzas.
En conclusión, si se utiliza con el cuidado apropiado, se puede garantizar la durabilidad del matraz y la integridad de las personas que los usan en los laboratorios.
¿Para qué sirve?
El matraz de Erlenmeyer sirve para muchas cosas en un laboratorio, como:
- Armar instrumentos de destilación para calentar o hacer reaccionar sustancias.
- Guardar líquidos por largos lapsos de tiempo, sin dañar o comprometer sus componentes.
- Realizar mezclas por agitación.
- Manejar elementos químicos volátiles o corrosivos.
- Calentar sustancias a temperaturas elevadas.
- Evaporar líquidos controladamente.
- Preparar caldos de cultivo.
- Trabajar con reacciones químicas violentas.
- Agitar constantemente un líquido.
- Evitar el derramamiento de líquidos.
- Preservar sustancias.