La historia de México nos ha regalado grandes personajes que han marcado un hito sin precedentes de generación en generación. Hoy estaremos conociendo un poco más sobre la vida de uno de los más grandes muralistas de todos los tiempos. Hablamos de David Alfaro Siqueiros, muralista revolucionario que dejó una huella en la sociedad.
Siqueiros mantuvo un enfoque revolucionario y convicciones inquebrantables, las cuales sirvieron de inspiración a cientos de artistas de diferentes naciones del mundo. Influenció desde el action painting de Jackson Pollock hasta el realismo social del argentino Antonio Berni.
Actualmente, David Alfaro Siqueiros está considerado como una de las personalidades más reconocidas dentro del arte mexicano. Es recordado por muchos por ser el responsable, junto a Diego Rivera y José Clemente Orozco, de transformar la forma de ver el arte mexicano. Siempre se mostró interesado en la innovación tecnológica, además de tener un alto compromiso con el imaginario de los pueblos originarios de México.
A través del siguiente artículo podrás conocer más de su vida y algunas de sus principales obras que marcaron historia dentro del arte mexicano. La gran mayoría de las obras de David Alfaro Siqueiros llaman la atención por sus trazos gruesos de color negro y por emplear una amplia paleta de colores. Sus creaciones reflejan emoción, pasión y entrega.
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¿Quién fue David Alfaro Siqueiros?
Lo primero que podemos decir es que David Alfaro Siqueiros es uno de los más grandes y emblemáticos muralistas que ha tenido la historia reciente de México. Esta estrella del arte nació un 29 de diciembre de 1896 y todavía sigue existiendo mucha controversia en cuanto a su lugar de nacimiento.
Por mucho tiempo se dijo que David Alfaro Siqueiros había nacido en una zona llamada Santa Rosalía de Camargo, la cual se encuentra situada en el estado mexicano de Chihuahua, sin embargo de acuerdo a la versión oficial plasmada en algunos documentos del artista, su nacimiento ocurrió realmente en Ciudad de México.
¿Sabías que su verdadero nombre no era David? Al momento de nacer lo registraron con el nombre de José de Jesús, no obstante comenzó a utilizar el nombre de “David” debido a que así era como lo llamaba su entonces esposa Graciela Amador. Desde la década de 1920 empezó a darse a conocer con ese nombre, tanto así que todos ahora lo llaman David Alfaro.
El padre de David Alfaro fue un hombre llamado Cipriano Alfaro, quien durante toda su vida se dedicó al tema religioso. Era un hombre entregado al catolicismo y de carácter bastante fuerte. Todo ese contexto provocó que el joven David Alfaro decidiera huir de su propio hogar y mudarse a la Ciudad de México, teniendo apenas 15 años de edad.
A esa edad fue cuando David Alfaro comenzó a dar sus primeros pasos en el arte. Entró a la Escuela Nacional Preparatoria y de forma paralela empezó a recibir formación de arte en horas nocturnas en la Academia de San Carlos. Durante esos años, David empezó a mostrar cierta inconformidad con el sistema, llegando a intervenir en una manifestación contra el plan de estudios de las escuelas de arte.
Cuando cumplió sus 17 años de edad, específicamente en la década de 1914, David Alfaro Siqueiros tomó una de las decisiones más importantes y trascendentales de su vida como lo fue unirse a las filas de la Revolución mexicana, alistándose en el ejército de Venustiano Carranza, quien para ese momento era un personaje respaldado por intelectuales y políticos liberales.
Estando en el ejército llegó a alcanzar el rango de capitán. Su paso por el ejército le abrió muchas puertas, especialmente le dio la oportunidad de interactuar muy de cerca con las clases trabajadoras de todo México, así como los imaginarios culturales que habitaban cada región del país.
Inicios en el muralismo
Con la intención de retomar su formación en el área del arte, David Alfaro Siqueiros decide emprender un viaje con destino al continente europeo. Dicho viaje lo realizó en la década de 1919 y fue estando en el viejo continente donde el artista logra sumergirse en las tendencias europeas de la era, como el cubismo, el fauvismo y el dadaísmo, así como las obras de los renacentistas.
No obstante, de acuerdo a lo que expresa el pintor Philip Stein a través de su emblemática obra “Siqueiros: his life and works”, el mexicano David Alfaro se vio influenciado por muchos artistas, pero más que todo por las obras de Paul Cézanne.
También fue durante ese viaje a Europa donde David Alfaro Siqueiros logró entablar relación por primera vez con Diego Rivera, por quien sentía una profunda admiración y respecto, más allá de que Rivera tenía 10 años más que él. Lo conoció en su paso por la ciudad de París.
Después de su paso por Europa, el pintor David Siqueiros retorna a su país natal, México, donde fue comisionado por José Vasconcelos, primer secretario de educación pública del país, para los muros de la Escuela Nacional Preparatoria junto con otros artistas. Fue así como surgió “Los elementos”, considerado el primer mural en su carrera como pintor.
Ciertamente la obra “Los elementos” no reflejaba las fuertes convicciones políticas que años más tarde caracterizarían la obra de Siqueiros, la composición enérgica con una paleta de colores con rojos y amarillos intensos deja entrever lo que crearía después. El mural fue instalado en el cubo de las escaleras y se convirtió en el primer experimento de Siqueiros con el dinamismo y la perspectiva.
Siqueiros en Estados Unidos
La comunicación que existía entre Siqueiros y Vasconcelos llegó a un punto álgido, entre otras cosas por las convicciones que tenía David, lo que provocó que la relación de ambos se fuese deteriorando poco a poco, al punto de hacer que las comisiones cesaran. A partir de ese momento, sus ideales guiaron su práctica artística, aunque esas mismas ideas le llevaron a ser detenido y a prisión en varias oportunidades.
En una ocasión el artista David Siqueiros fue expulsado de su país natal por un lapso de seis meses, específicamente en la década de 1932. Al ser expulsado de México, el pintor tomó como nuevo destino la ciudad de Los Ángeles, donde recibió una comisión para pintar un mural para el Distrito-Histórico del Pueblo de Los Ángeles.
El encargo solicitado al pintor Siqueiros debía tener como principal protagonista la alegría, sin embargo el artista mexicano pintó América Tropical: oprimida y destrozada por los imperialismos (1932), donde la alegría no era precisamente el tema que más destacaba en la obra.
En esta obra aparece como principal protagonista un indígena mexicano crucificado en una doble cruz con un águila americana sobre él. La obra desató mucha polémica en su momento, provocando incluso que fuese cubierta con pintura casi que de forma instantánea.
Transcurrieron muchos años para que la obra original de David Alfaro Siqueiros volviese a ser restaurada. Fue específicamente en el año 2012 cuando se decide poner en marcha un proyecto con la finalidad de restaurar el mural. El trabajo de restauración se llevó a cabo con éxito y el resultado final es el que se puede apreciar hoy en día. Este mural está considerado como el más antiguo en existencia de Los Ángeles.
La década de 1936 fue muy importante para la vida profesional del pintor mexicano. Ese año fundó el Siqueiros Experimental Workshop, con sede central en la ciudad de Nueva York. Allí probó nuevas técnicas y enfoques de pintura, entre ellas el “accidente pictórico”, la práctica de la improvisación mediante técnicas como el dripping, la creación de texturas con materiales como arena y la exploración de las salpicaduras sobre los lienzos.
Estas técnicas innovadoras impulsadas por David Alfaro Siqueiros terminarían influenciando al arte en toda su expresión, dejando una huella bien marcada en muchos artistas de la época, especialmente en personajes clave del expresionismo abstracto estadounidense como Jackson Pollock, quien era estudiante en este taller.
El Siqueiros Experimental Workshop, taller fundado por David Alfaro Siqueiros, logró convertirse en toda una sensación. Sin embargo, más allá de su indiscutible éxito, el taller se vio obligado a cerrar sus puertas, sobre todo después de que el artista mexicano decidiera arriesgarse a una nueva aventura en su vida: combatir en la guerra civil española.
Para nadie era un secreto las convicciones leninistas que tenía David Alfaro Siqueiros. Esas posturas, un tanto radicales, le costó en muchas ocasiones fuertes fricciones con el gobierno, incluso lo obligó a pasar gran parte de la década de 1940 en el exilio. Durante esa etapa de exilio, el artista pasó por varios países, uno de ellos fue Chile.
Estando en Chile, Siqueiros realizó varias obras importantes, entre ellas una serie de murales en una escuela de Santiago. Las veces que no estuvo en exilio, lo pasó en prisión. Fue una década bastante difícil para la vida personal y profesional del artista mexicano, pero a pesar de eso nunca dejaría de luchar por sus ideales y principios.
La década de 1950 representaría para David Alfaro Siqueiros una nueva oportunidad de demostrar su potencial. En esos años retomó los proyectos artísticos con conexiones gubernamentales, lo que provocó el nacimiento de impactantes murales en el Museo Nacional de Historia, en Ciudad Universitaria y en el Palacio de Bellas Artes, todos situados en la Ciudad de México.
La marcha de la humanidad: el Polyforum Siqueiros
David Alfaro Siqueiros volvería a pisar la prisión una vez más en la década de 1960. Allí pasaría cuatro años tras las rejas. El motivo fue por su activismo en favor de los presos políticos, sin embargo, ese paso por la cárcel fue muy valioso para el artista, ya que sentó las bases del que sería el proyecto más ambicioso, no solamente de su vida personal sino incluso del muralismo mundial.
Después de abandonar la cárcel, David Siqueiros fue designado por Manuel Suárez y Suárez, un destacado empresario y personaje del arte en México, para que se encargara de lo que con el tiempo se convertiría la pieza central del centro de convención Casino de la Selva en Cuernavaca, México.
El artista mexicano procedió con la creación de un taller el cual disponía de todas y cada una de las condiciones arquitectónicas y herramientas necesarias para llevar a cabo el proceso de ensamblaje, mover y producir grandes paneles de cemento. Transcurrieron dos años y el empresario toma la decisión de colocar el gran proyecto de Siqueiros en la Avenida de los Insurgentes.
Recordemos que la Avenida de los Insurgentes está considerada como una de las más importantes de la Ciudad de México. Eso le daría la oportunidad al pintor de desarrollar un recinto con alto sentido social y espacio para la experimentación. Estamos hablando del Polyforum Siqueiros.
En este espacio se encuentra uno de los murales más importantes de todos los tiempos como lo es “La marcha de la humanidad en América Latina hacia el cosmos. Miseria y ciencia” (1967-1971). De acuerdo a la opinión de los expertos y conocedores en el tema, esta obra está descrita como el mural de mayor dimensión de todo el mundo. El mural realizado por Siqueiros cubre todas los muros de un foro con forma octagonal.
Legado
Es imposible negar el gran legado que dejó David Alfaro Siqueiros dentro del mundo del arte y la cultura, no sólo en México sino a nivel mundial. Desde siempre se mostró comprometido con el aspecto público de su arte. Pocos días antes de su fallecimiento, el artista expresó su deseo de que su residencia en el barrio de Polanco y su taller en Cuernavaca fueran transformados en centros para la experimentación y difusión de las artes.
Actualmente la residencia de David Alfaro Siqueiros es conocida como la Sala de Arte Público Siqueiros, mientras que su taller en Cuernavaca es conocido como La Tallera. Ambos lugares se caracterizan por mantener con vida el legado del artista mexicano, además de su espíritu innovador y comprometido con la democratización de las artes.
Siqueiros seguirá siendo recordado por su gran entrega y pasión hacia las artes y la cultura. Hoy en día continúa siendo un personaje referente para las nuevas generaciones y sus obras quedarán guardadas en la memoria de millones de personas alrededor del mundo.