Desde hace siglos, la biología ha estudiado y analizado la complejidad que su supervivencia en el planeta le ha otorgado a los seres vivos. Y es que la variedad de seres vivos en el mundo es tan grande, que requiere de estudio para conocer y determinar cuáles son las características de los seres vivos.
Muchas de estas características son compartidas por gran cantidad de especies, aunque siempre existen diferencias de forma, tamaño y constitución interna.
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Los seres vivos
Son organismos capaces de nacer, metabolizar, crecer, reproducirse, evolucionar y morir. Para realizar todos estos procesos, necesitan intercambiar energía e información con el medio donde habitan y con otros seres vivos. Por ello, se dice que son el resultado de niveles elevados de organización de la materia orgánica. Una organización que les permite realizar todas las funciones ya mencionadas y que son los rasgos propios de la vida.
Características de los seres vivos
Son múltiples y variadas las características que distinguen a los seres vivos como miembros de la naturaleza. Y van desde su composición celular hasta su adaptación, pasando por su forma de reproducirse, desarrollarse, crecer y morir, sus funciones vitales y su necesidad de interactuar con el entorno.
A continuación, se detallan cada una de estas características:
Composición celular
Los seres vivos están formados por células, que son el origen de la vida, dado que las células son el elemento básico de la compleja estructura de los seres vivos. Pues las células son la base para crear tejidos que dan origen a órganos vitales, entonces, la composición celular es una de las características principales de los seres vivos.
Así tenemos desde seres de una sola célula o unicelulares, que cumple igualmente, todas las funciones vitales. Pasando por bacterias y protozoarios, hasta seres pluricelulares como hongos, plantas y animales.
De acuerdo con su composición celular, los seres vivos se pueden clasificar en organismo de una célula y en organismos de múltiples células. En el caso de los organismos pluricelulares, las células renuncian a su autonomía para trabajar como un todo estructurado y organizado.
Las células que forman todos estos organismos son específicas en su constitución y funciones, así como en su metabolismo y en su propia organización.
Para mantener toda esa organización celular, los seres vivos realizan un proceso de autorregulación conocido como homeóstasis. Este proceso homeostático permite un mantenimiento relativamente constante en la composición y funciones de los seres vivos, frente a las alteraciones del entorno donde habitan.
Reproducción
Otra de las características relevantes de los seres vivos es la forma en la que se reproducen, pues gracias a ella, las especies sobreviven y multiplican su número de individuos.
Mediante la reproducción, logran transmitir la información genética, que determina su crecimiento celular. La reproducción es una estrategia de la naturaleza para compensar un proceso natural e inevitable en los seres vivos: la muerte.
Esta característica reproductiva puede requerir la intervención de dos seres de diferente sexo, entonces se dice que la reproducción es sexual. O puede no requerir el apareamiento, por lo que se la denomina reproducción asexual. Cualquiera de estas dos formas permite perpetuar la especie:
- En la reproducción asexual, típica de los organismos unicelulares, el individuo se ha desarrollado lo suficiente como para poder dividirse en dos nuevos individuos, genéticamente idénticos a su predecesor.
- En la reproducción sexual, usual en los organismos pluricelulares, dos individuos desarrollados se unen para crear un tercer individuo con un genoma nuevo, aunque semejante a sus progenitores.
Desarrollo, crecimiento y muerte
En el caso de los organismos pluricelulares, para crecer y desarrollarse necesitan de una característica fundamental: la división celular. Esta división celular solo se termina con la muerte del organismo.
Durante las diferentes etapas de crecimiento y desarrollo, los organismos vivos consiguen energía y materia del entorno, las que aprovechan internamente. En ese transcurso, algunos organismos cambian de forma, luego de una fase embrionaria, como la mayoría de los insectos, por ejemplo.
Funciones vitales
Para su supervivencia, los seres vivos ejecutan una cantidad de funciones que les son esenciales como:
- Alimentación, necesaria para crecer y desarrollarse, ya sea porque son capaces de producir las sustancias que requieren para nutrirse o porque tienen que conseguir el alimento de otras fuentes.
- Metabolismo, el que aglutina las reacciones químicas necesarias para obtener energía y reparar o construir estructuras, el cual puede ser anabólico o catabólico.
- Respiración, una característica primordial de los seres vivos, por medio de la que captan gases para incorporar moléculas químicas a sus estructuras físicas: células, tejidos u órganos.
- Excreción, el proceso responsable de eliminar las sustancias de desecho que no le son útiles al organismo, sea porque no pueden asimilarlas o no le son beneficiosas.
Interacción con el entorno
Aparte de las funciones vitales, una de las características de los seres vivos es su necesidad de interacción con el entorno.
Los seres vivos requieren interactuar con el entorno para responder a diversos estímulos, ya sean físicos, químicos o sensoriales. Responder a esta diversidad de estímulos, les ha servido para definir las características particulares de cada especie, incluyendo sus órganos.
En algunos casos, esta necesidad de interacción se debe a algo social, a un comportamiento que requiere la existencia de una manada, para garantizar la supervivencia de la especie.
Adaptación
La adaptación de los seres vivos al entorno donde habitan ha requerido del desarrollo de capacidades que les aseguren su supervivencia. Estas capacidades de adecuarse desarrolladas por los seres vivos permiten que exista un equilibrio entre las especies.
Los ejercicios de adaptación al entorno son lógicos y eficaces, ya que obedecen a las particularidades que definen a cada especie. Como la vida es un ejercicio dinámico, que está en un cambio constante, ha hecho que los seres vivos compitan entre ellos para adaptarse al medio ambiente de la mejor forma posible.
Esencialmente, porque la idea es evitar la extinción de las especies, por lo que es necesario un reacomodo o una variación adaptativa. Estas variaciones les permiten a los seres vivos aferrarse a la vida y luchar contras las adversidades, aumentando la probabilidad de sobrevivir.
El incremento de la biodiversidad en el planeta tiene como aliado la capacidad de adaptarse de los seres vivos.