A pesar de que muchos de nosotros le damos muy poca importancia a las matemáticas en la vida cotidiana, la realidad es que gracias a ellas son posibles muchas de las cosas que son habituales en la modernidad, como el funcionamiento de los teléfonos inteligentes o los lenguajes de programación utilizados por nuestras aplicaciones favoritas, entre otros temas.
Del mismo modo, existe una relación bastante estrecha entre jugar al póker y las matemáticas. En el azar, especialmente en los juegos de cartas, el componente matemático es enorme, por lo que dominar las nociones de esta ciencia nos permitirá incrementar nuestro desempeño lúdico y disminuir los riesgos asociados a las apuestas.
Lo que ocurre es que el póker es un juego completamente basado en el análisis estadístico y combinaciones. De hecho, se tiene en mente que se trata de un juego de mesa basado en el azar, pero realmente existen muy pocas casualidades en el mismo, siendo resultado de una combinación de factores matemáticos y estadísticos.
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Póker: combinaciones, estrategia y oportunismo
Como mencionamos anteriormente, la creencia de que el póker es un juego de azar es errónea. En realidad se trata de un juego donde se deben combinar las cartas siguiendo una estrategia que permita llegar al resultado esperado y vencer a la casa, que por lo general tendrá ventaja considerable sobre cada jugador.
En juegos como el Texas Hold’Em, uno de los tipos de póker más populares del mundo, el factor suerte tiene muy poco que ver, al menos desde el punto de vista de los jugadores profesionales. La riqueza en combinaciones y la posibilidad de engañar a nuestros oponentes por medio del control de las emociones son elementos clave para llevar a cabo una jugada magistral.
Ahora bien, ¿Cuál es la utilidad práctica de las matemáticas en el póker?
Todas las personas con conocimientos matemáticos básicos tienen la oportunidad de mejorar sus habilidades de juego en una mesa de póker. Para eso es importante conocer algunos de los principios involucrados en el juego, los más importantes podemos resumirlos de la siguiente manera:
- Probabilidades. Dentro del contexto del juego, cada mazo tiene un total de 52 cartas, con 4 palos cada uno con 13 valores correspondientes. Este es el contexto sobre el cual reposa toda la mano de póker.
- Odds. Dentro del manejo de probabilidades es importante dominar el concepto de las Odds, que no son más que el número de cartas que te servirían para ganar una mano, y la proporción existente entre el tamaño del bote y la apuesta a pagar. Todas las decisiones tomadas giran en torno a estos detalles, puramente matemáticos.
- Valor esperado. Se trata de la rentabilidad que tiene cada mano jugada y lo que puede aportarnos cada una de las apuestas que realizamos. Esto se conoce también como esperanza matemática.
Por supuesto, no debemos centrar el juego por completo en el análisis matemático, solo apoyarnos en él de forma justa. La intuición y nuestra experiencia personal son dos elementos válidos a utilizar en medio de una partida.