Las plantas medicinales se han utilizado para aliviar malestares o síntomas de muchas enfermedades desde la antigüedad. Aún hoy, la tendencia a emplearlas va en aumento, pues su potencial curativo es ampliamente reconocido, dado que sus propiedades han sido demostradas y aprovechadas por generaciones.
Prácticamente en cualquier hogar pueden ofrecerte un té caliente para relajarte o una infusión de canela para molestias premenstruales. Además, muchos medicamentos contienen principios activos extraídos, en laboratorios farmacéuticos, a partir de plantas medicinales. Por eso, cuando utilizas una planta medicinal, debes estar consciente de que poseen efectos en nuestro organismo, más allá de su origen natural.
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¿Por qué ha aumentado el interés por utilizar plantas medicinales?
En nuestros días, el estilo de vida que hemos adoptado, está asociado a la aparición de males contemporáneos tales como las enfermedades metabólicas y el cáncer. Esta es otra de las razones por las que la tendencia dicta el retorno a lo natural, libre de contaminantes. Ahora, la calidad de vida también se asocia al potencial terapéutico de la naturaleza. Además, este tipo de plantas pueden proveernos no sólo de sus propiedades sanadoras sino que también suelen ser muy apreciadas en elaboraciones culinarias. De allí que haya crecido el interés en la elaboración de huertos en el hogar, para tener al alcance de la mano, las propiedades de estas maravillosas plantas a muy bajo costo.
En el campo o en la ciudad, puedes cultivar tu propio huerto en casa con plantas medicinales, pues la mayoría requieren cuidados sencillos y pueden adaptarse casi a cualquier clima. No importa si dispones o no de terreno. Con macetas, igual puedes obtener los mejores resultados. En este artículo te muestro cómo hacerlo y cuáles puedes cultivar en tu hogar.
Cómo hacer un huerto terapéutico
Selecciona primero el lugar: un jardín, el balcón, el patio, una ventana o la terraza, según dispongas. Puedes utilizar materiales que están a tu alcance, tales como: macetas, envases para reciclar, mesas y utensilios sencillos (pala de plantar, tijera de poda, manguera o regadera, mascarilla y guantes).
Tres elementos que debes tomar en cuenta para cultivar en casa son los siguientes:
- Que el lugar seleccionado tenga acceso a una toma de agua.
- Debe recibir luz solar. De esta forma las plantas podrán disfrutar de suficiente luz natural.
- Que cuente con un sistema de drenaje, para el agua del riego.
Debes preparar el terreno o la maceta. La tierra que vas a emplear debe ser de buena calidad, de color negro oscuro, a la que puedes agregar compost o estiércol. También podrías comprarla ya preparada en el vivero, lista para usar.
Algunas puedes plantarlas desde la semilla o con un esqueje, estaca o por división. Otras se reproducen fragmentando sus raíces, tallos y bulbos. Según sea el caso, conviene que te informes más a fondo de la manera como se reproduce cada planta que quieres incluir en tu huerto y de los cuidados que requieren.
Consejos prácticos para el cuidado de tus plantas:
- Cada planta necesita su espacio, por eso lo ideal sería ubicar una en cada recipiente.
- Ni dejarlas durante la semana sin riego, ni regarlas en exceso. Recuerda que en verano van a necesitar más riego.
- Si vas a sembrar varias plantas en una misma maceta, asegúrate de que haya distancia suficiente entre una y otra.
- Siembra varias del mismo tipo y elige la que mejor se desarrolle.
- Cada recipiente debe tener su drenaje, de lo contrario se dañarán las raíces de la planta.
¿Cuáles son las plantas medicinales que podemos cultivar en casa?
Es tiempo de que conozcas algunas de las más recomendadas:
Hierbabuena: Necesita suficiente luz y humedad, aunque puede adaptarse a todos los climas. Su aroma es muy agradable. Es muy apreciada en la elaboración de ensaladas, sopas y mojitos. Tomándola en té, es de gran ayuda para la digestión (después de comer), para aliviar el dolor de cabeza, la ansiedad, los dolores menstruales, resfriados y el insomnio.
Albahaca: Se reproduce con facilidad y necesita suficiente riego. Se da mejor si no le da sol directo. Es una planta muy versátil: provee un sabor estupendo en muchas preparaciones y en infusión alivia problemas digestivos, nerviosos y resfriados.
Aloe Vera o Sábila: Se reproduce por hijos o hijuelos con facilidad, aunque también se puede lograr fragmentando su raíz o las hojas grandes. Necesita riego moderado, sol directo y buen drenaje. Es muy conocida su capacidad regeneradora de la piel. Puedes utilizarla en el tratamiento de quemaduras, heridas y manchas. Se ingiere por sus propiedades depurativas, expectorantes y laxantes, además de favorecer el sistema inmune.
Jengibre: Se reproduce fraccionando el rizoma. Crece en sentido horizontal, por eso necesita suficiente espacio. Requiere luz natural, pero de preferencia: desde el interior del hogar. Necesita suficiente riego, buen drenaje y mantener la humedad. Se utiliza como tonificante digestivo, para aliviar náuseas, mareos, fatiga, dolor menstrual, migrañas y molestias en la garganta. Es antiinflamatorio y antiemético. Se utiliza en la gastronomía por su aroma y sabor picante.
Orégano: Le va muy bien con la luz solar directa, suelo fértil y bien drenado. Debe regarse con frecuencia. Se reproduce plantando semillas, por división de rizomas y esquejes. Para obtener un orégano más aromático y picante, debe estar más tiempo al sol. Se usa en gran variedad de preparaciones culinarias. Tiene propiedades antiinflamatorias, antibacterianas y antihistamínicas. Se emplea para aliviar migrañas, dolor de muelas, para evitar el desarrollo de hongos y en problemas respiratorios.
Toronjil o limoncillo (Melissa officinalis): Se reproduce con el corte de ramas y por semillas. Este arbusto aromático es muy utilizado en infusiones por sus propiedades calmantes, relajantes y digestivas. Se desarrolla muy bien con abundante luz solar y riego.
Stevia: También llamada “hierba dulce”. Requiere luz directa, riego frecuente y buen drenaje. Es muy apreciada por quienes están bajo régimen para bajar de peso o cuando sufren enfermedades metabólicas como la diabetes, porque actúa como sustituto del azúcar. Es un edulcorante natural con muy bajo valor calórico.
Malojillo, Cedrón, Yerba Luisa, Citronela (en francés: citronelle): Planta aromática que se reproduce por esquejes. Se desarrolla muy bien con sol directo, riego frecuente y buen drenaje. En infusiones ayuda en procesos digestivos y para combatir la fiebre. Tiene propiedades antibacterianas y fungicidas. También se usa como repelente de insectos. Respirar vapores con Malojillo alivia la congestión de las vías respiratorias.
Romero: Se puede reproducir por semillas o a partir de esquejes. Necesita abundante luz solar y riego moderado. Desde la antigüedad se emplea en diferentes platillos y en infusiones. Brinda relajación y mejora la memoria. Alivia problemas respiratorios, favorece la circulación y ayuda a detener la caída del cabello. Es antiinflamatorio y analgésico.
Por último, las plantas medicinales también protegen otros cultivos de plagas o enfermedades. Así que, mantener un huerto terapéutico genera beneficios que se multiplican.