En el ámbito de la salud, se han acelerado muchos procesos a causa de la pandemia vírica de la COVID-19. La atención sanitaria ha avanzado en el proceso de digitalización, en un intento por incrementar la eficiencia de los centros de salud, disminuir los tiempos de espera y mostrar el lado más humano de la medicina en uno de los momentos más críticos de las últimas décadas.
Con la crisis del coronavirus se pudo confirmar la importancia de la telemedicina y el valor del entorno tecnológico, acelerando la transformación del sector que, de no atravesar una situación como la presente, habría demorado al menos una década más en implementar por completo un protocolo de atención sanitaria a distancia para los casos en los que este método es posible.
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La telemedicina tuvo un incremento de hasta 150%
Un informe publicado por la consultora estadounidense Oliver Wyman, indica que el 65% de los consumidores estaría dispuesto a hacer uso de la telemedicina de forma habitual e incorporarla en su rutina de cuidados de salud. Sin duda, esto representa un enorme avance en la aceptación de la atención médica de forma remota, incluso después de superada la pandemia.
En España, el concepto de telemedicina también tuvo un avance considerable. En principio, la telemedicina fue aprovechada por los seguros médicos, siendo ofrecida como servicio complementario para el cuidado de la población envejecida que demandaba formas de atención más eficientes que las ofrecidas por la sanidad pública.
Por supuesto, el crecimiento fue lento hasta que se presentó la pandemia, un evento que terminó convirtiéndose en el impulso definitivo que necesitaba la telemedicina, llegando incluso a revolucionar por completo diferentes modelos de negocio, desde clínicas privadas hasta aseguradoras. El eHealth es hoy una realidad a la cual muchos ya se han acostumbrado.
Según Silvia Trujillo, directora de Ciencias de la Salud de la Universidad Europea de Valencia, en medio de la crisis sanitaria, la telemedicina tuvo un incremento de hasta un 150% en las consultas, consolidándose como una alternativa factible para hacer más eficiente el sistema sanitario, favoreciendo la creación de modelos de negocio y aplicaciones relacionadas con el eHealth.
Medicina general, pediatría, ginecología, psicología y dermatología son las especialidades médicas que mayor incremento mostraron en la cantidad de nuevos usuarios. En realidad, la telemedicina y la atención por medios de comunicación alternativos como aplicaciones de mensajería instantánea ya era una constante en la relación entre médicos privados y sus pacientes.
¿Cuáles son las limitaciones de la telemedicina?
También resulta importante tomar en consideración el hecho de que, más allá de sus innegables beneficios, la telemedicina tiene una serie de limitaciones que hacen imposible que llegue a convertirse en sustituta completa de prácticas más convencionales como la visita al médico especialista. En este caso, los límites deben quedar bien marcados por el sentido común y la ética profesional.
Gracias a la telemedicina es posible hacer un seguimiento a pacientes de enfermedades crónicas, revisar la medicación, coordinar la asistencia, solventar inquietudes y otros asuntos, pero en ningún momento se convierte en sustituto de la atención presencial. Sería imposible indicar tratamientos sin evaluar presencialmente al paciente o realizar diagnósticos, estudios con aparatología, etc.
Además de lo anterior, se encuentra el hecho de que existen personas para las cuales la telemedicina es complicada, puesto que carecen de las herramientas tecnológicas o el dominio de las mismas, como es el caso de los adultos mayores y las personas con alguna clase de impedimento físico que dificulta establecer una conexión adecuada con el médico.
No obstante, el proceso de digitalización de la salud es indispensable, especialmente para la atención de poblaciones vulnerables y regiones inaccesibles, puesto que permitiría actuar con mucha más agilidad en el seguimiento de casos de salud específicos, aumentando la calidad del servicio ofrecido para beneficio de los usuarios.
La telemedicina favorece la interacción entre médicos y pacientes
Uno de los mayores beneficios de la telemedicina es la reducción de los tiempos de espera en la atención de pacientes y la posibilidad de ganar tiempo evitando los desplazamientos innecesarios. Esta modalidad de atención ha favorecido el desarrollo de una relación mucho más cercana e inmediata entre los pacientes y el personal médico, mejorando la calidad de vida de los pacientes.
Con la pandemia presionando el sistema sanitario público, la digitalización de procesos y la posibilidad de tratar y hacer seguimiento a casos de salud crónicos o con pocas complicaciones, así como realizar diagnósticos sencillos, se convierte en una medida necesaria, aprovechando los recursos ya disponibles como los dispositivos móviles con conectividad a internet.