Los 10 mandamientos de la Iglesia católica: ¿Cuáles son y qué significan?

10 mandamientos de la Iglesia Católica

Los 10 mandamientos de la Iglesia católica son considerados como una norma religiosa, que se encuentran presentes dentro de la Biblia. Estos hacen referencia a los mandamientos que Dios dio a su pueblo para que vaya adquiriendo la libertad interior y sea libre para vivir como hijo de Dios y como hermanos.

Como expresión y resumen de su voluntad, Dios dio al pueblo, por medio de Moisés el decálogo, los diez mandamientos. Esta ley señala dos direcciones fundamentales: amar a Dios de corazón y buscar la justicia en las relaciones con el prójimo.

La ley que Dios dio a su pueblo, no es una ley caprichosa o tiránica, destinada a poner a prueba la fidelidad de sus súbditos, sino una ley justa que señala el camino que conduce al bien y a la felicidad verdadera.

A continuación, especificaremos cuáles son estos mandamientos y qué significado tienen dentro de la religión católica.

¿Cuáles son los 10 mandamientos de la Iglesia católica?

Si consultas el Éxodo 19, podrás verificar que, después de tres meses de su salida de Egipto, Dios otorgó los diez mandamientos a Moisés mientras se encontraba en el monte Sinaí, en el cual estuvo durante cuarenta días. Tiempo en el que recibió dos tablas en las que se indicaban los 10 mandamientos de la Iglesia católica, leyes básicas que deben ser cumplidas por el pueblo hebreo.

 10 mandamientos de la Iglesia Católica

Los 10 mandamientos de la Iglesia católica, son los siguientes:

  1. Amar a Dios sobre todas las cosas.
  2. No tomar el nombre de Dios en vano.
  3. Santificar las fiestas.
  4.  Honrar a tu padre y a tu madre.
  5. No matar.
  6. No cometer actos impuros.
  7. No robar.
  8. No dar falsos testimonios ni decir mentiras.
  9. No consentir pensamientos ni deseos impuros.
  10. No codiciar los bienes ajenos.

¿Qué significan los 10 mandamientos?

Primer mandamiento: Amar a Dios sobre todas las cosas

A través de este primer mandamiento, Dios quiere decir que:

  • Existe un solo Dios.
  • No hay que creer ni seguir a los falsos dioses o ídolos creados por los poderosos (dinero, poder, placer).
  •  Que Dios es el gran Señor de la vida, el Dios liberador y el Dios de la felicidad.

Segundo mandamiento: No tomar el nombre de Dios en vano

El segundo, de los 10 mandamientos de la Iglesia católica, significa:

  • No usar el nombre de Dios para justificar las injusticias y abusos a cualquier nivel.
  • Dios da a conocer su nombre para que lo respetáramos a él y a todo lo que eso significa.
  • Prohibido profanar el nombre de Dios, jurar en su nombre y luego dar testimonio falso en un tribunal.
  • No profanar el nombre de Dios usarlo en prácticas de magia, de adivinación, de brujería y en cualquier otro tipo de ritos supersticiosos.

Tercer mandamiento: Santificar las fiestas

Quiere decir lo siguiente:

  • Todo ser humano es imagen de Dios y es razonable que descanse una vez a la semana.
  • Dios quiere humanizar el descanso; quiere que sea: un tiempo de sana convivencia familiar y de amistad, tiempo de cultivar el espíritu y un tiempo de liberación psicológica.
  • La fiesta que toda comunidad cristiana celebra en honor a Cristo resucitado.
  • La iglesia católica celebra el domingo como día de descanso, por lo que, este día es importante para el equilibrio de la persona y de la fe.

Cuarto mandamiento: Honrar a tu padre y a tu madre

El cuarto, de los 10 mandamientos de la Iglesia católica, significa lo siguiente:

  • Que se nos manda a honrar, es decir, a respetar y tener consideración con los progenitores.
  • La obligación que se tiene de cuidar a los padres y ancianos, que pierden fuerzas para trabajar, que ya no son productivos y corren peligro de ser abandonados.
  • Se refiere al comportamiento de los hijos, para con sus padres.

Quinto mandamiento: No matar

Este mandamiento quiere decir:

  • El valor de la persona está por encima de todo.
  • Respetar la vida de todos.
  • Todos tenemos derecho a la vida y la vida de cualquier persona debe ser respetada.
  • Nadie puede tomarse la justicia por su mano.

Sexto mandamiento: No cometer actos impuros

Este mandamiento se refiere a lo siguiente:

  • Tanto al hombre como a la mujer, a ninguno de los dos les está permitido ser infiel, traicionar al otro.
  • Esto indica y habla de la igualdad del hombre y de la mujer.
  • Jesús es claro y tajante, pero también real, y el corazón del buen pastor es misericordioso con la mujer sorprendida en flagrante adulterio: “Vete y en adelante no vuelvas a pecar” (Jn. 8, 2-11).

Séptimo mandamiento: No robar

Su significado es:

  • El mandamiento “No robar” va dirigido a todo el pueblo, porque Dios no quiere un sistema que facilite el robo o lo haga legítimo.
  • Nadie puede robar la libertad a otro hombre o hacerlo su esclavo.
  • Prohíbe raptar, secuestrar, tomar rehenes, traficar con las personas.

Octavo mandamiento: No decir falsos testimonios ni mentiras

Se refiere a:

  • La falla en el poder que justifica todo lo malo, o lo facilita, o lo encubre.
  • Cuando el Dios vivo y verdadero no está en el corazón y en el centro de la vida privada y pública de los hombres, en ese trono se instalan otros dioses y con ellos convive en forma normal la mentira.
  • Se falta a la verdad en la calumnia y en la difamación.
  • Los hombres hechos a imagen y semejanza de Dios, están llamados a decir siempre la verdad.

Noveno mandamiento: No consentir pensamientos ni deseos impuros

Significa:

  • Los deseos y apetencias no son fuerzas ciegas, ni desbocadas, sino ordenadas, dominadas y encauzadas.
  • La infidelidad en la pareja rompe y destruye el sentido de este mandamiento: el hombre y la mujer deben ser conscientes de lo que hacen, y por lo que libremente desean y alimentan. 

Décimo mandamiento: No codiciar los bienes ajenos

Hace referencia a:

  • Atacar y combatir la acumulación y codicia de riquezas.
  • Este mandamiento condena el sistema que engendra dominación y privilegios.
  • El culto del dinero es incompatible con la adoración al Dios vivo y verdadero.
  • La codicia, la avidez y la búsqueda egoísta de la riqueza, lleva necesariamente a la injusticia.
  • La palabra de Jesús, en su Evangelio, es muy clara: “Es imposible amar y servir al dinero, y al mismo tiempo amar y servir a Dios. El dinero, convertido en ídolo, acapara la adoración del corazón”. (Mt. 6,24)

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