Que la tecnología revolucionó todos los campos del conocimiento no es nuevo. No hay sector que se resista a sus encantos, y el financiero no iba a ser una excepción. Prueba de ello es el desarrollo de las Fintech, del inglés: finance and technology, una palabra de la que habrás oído hablar mucho, quizá sin saber qué es exactamente.
El término se refiere a todo lo relacionado con la innovación y la tecnología para ofrecer, diseñar y prestar servicios financieros, como, por ejemplo, los créditos online al consumo. Este tipo de actividades las llevan a cabo tanto entidades ya creadas como financieras como nuevas compañías que operan en algún punto de la cadena.
El objetivo de estas Fintech, según apunta la CNMV, es innovar, dar valor, ofrecer una experiencia del usuario mejorada y una movilidad más positiva. Entra dentro de lo habitual es que este tipo de empresa trabaje con las entidades tradicionales dedicadas a las finanzas o que sean compradas por ellas.
Clases de Fintech
En función del modelo de negocio y, por tanto, al producto financiero que ofrezcan, estas empresas se clasifican en las siguientes categorías, todas ellas consideradas verticales:
1. Financiaciones personalizadas
Son aquellas que gestionan las finanzas del cliente de la manera más eficaz posible y comparan productos de distinta índole. Se adaptan a las necesidades del usuario e informan puntualmente sobre el balance de sus cuentas.
2. Financiaciones alternativas
Aquí se incluyen los créditos online rápidos y la financiación participativa. En cuanto a los primeros, son préstamos de cantidades pequeñas entre una empresa y un individuo que se piden y otorgan desde plataformas digitales fácilmente.
La financiación participativa, por su parte, contacta a un promotor con una plataforma para financiar distintos tipos de proyectos de particulares (crowdfunding), mediante créditos (crowdlending) o con acciones, bonos y participaciones (crowdequity).
3. Identificación digital de clientes
Consiste en compañías que ofrecen métodos de identificación a distancia utilizando la tecnología para ello (biometría que permite la identificación dactilar o facial). Este nuevo sistema desbanca a las contraseñas para acceder a los registros.
4. Big Data
En esta clasificación están todas las compañías que trabajan con un volumen ingente de datos y las analizan con técnicas de inteligencia artificial. Su valor añadido está en esa interpretación de datos masivos.
5. Criptoactivos
Consiste en poder registrar activos digitalmente mediante técnicas criptográficas y tecnológicas como Blockchain. Esta cadena de bloques (traducción del inglés) se replica en cada ordenador (llamados nodos) para que todos los usuarios dispongan de la misma información. Una modificación de esta es imposible sin acuerdo.
Para dar por buenas las operaciones que se hagan en uno de los bloques, se utiliza la criptografía, ya que facilita la trazabilidad. Aquí están las criptomonedas, un sistema de pago para ciertas operaciones cuya popularidad ha ido en aumento los últimos años con el Bitcoin.
6. Pagos con un dispositivo móvil
Lo que antes pudiera parecer de ciencia ficción es una realidad cada vez más utilizada gracias a tecnologías como la NFC (near field communication). Con ella, cualquier persona puede pagar con su teléfono o reloj inteligente mientras el dispositivo y el datáfono se encuentren separados menos de 4 cm.
7. Gestión patrimonial y asesoramiento
En esta categoría se incluye el social trading y el asesoramiento automatizado. El primero consiste en contactar inversores con profesionales a través de una plataforma. Desde ella, podrán intercambiar opiniones o información financiera. También pueden simular técnicas inversoras automáticamente.
El asesoramiento y la gestión automatizada se brinda desde una plataforma en la que el usuario gestiona el dinero de los clientes para tomar decisiones. Los algoritmos y la inteligencia artificial son protagonistas para poder decidir y ejecutar de un modo automático.
Cuando contar una Fintech
Aunque oír hablar de innovación tecnológica es ya de por sí atractivo, hay que seguir unas pequeñas recomendaciones antes de contar con los servicios de una Fintech porque a veces tiene sus riesgos. Recuerda que es tu dinero lo que está en juego y sé cauteloso antes de lanzarte. Estas son las razones:
– La tecnología que use podría estar en desarrollo y no consolidada.
– El modelo de negocio que ofrece es tan novedoso que no se puede juzgar.
– Tienen que cumplir con medidas de seguridad rigurosas por la cantidad de datos que manejan.
– Aunque las plataformas sean sencillas, el usuario tiene que saber qué es lo que quiere y qué es lo que hace (no confundir avance financiero con educación financiera).
– Hay que asegurarse que la empresa cumple con la legalidad y está autorizada para operar.
La tecnología lleva consigo mejoras que originan distinto servicios para el cliente. Aun así, puede que los más novedosos tengan una regulación que acaba de empezar y eso implica riesgos que hay que tener en cuenta. Con la información suficiente y un análisis de las ventajas y los riesgos, las Fintech son la opción financiera del presente y del futuro.