“La M le da la manita a la A y es MA…” Aprender a leer es toda una aventura, tanto para quienes aprenden, muchas veces ofuscados y abrumados con tantas manitas y letras que algunas se les escapan, y para los profesores y padres.
El papel de estos últimos ha sido definitivo en estos meses en los que muchos niños tenían ya las nociones básicas, pero que habían quedado congeladas durante el estallido de la pandemia. La estimulación en casa a través de lecturas comprensivas ha sido vital para que muchos niños hayan podido incorporarse a clase este curso con los deberes hechos – y nunca mejor dicho.
Pero no basta con que los niños conozcan todas las letras, sepan formar sílabas y leer palabras, sino que entiendan que esas palabras encierran realidades que conocen bien. Por eso mismo las palabras que primero aprenden son las más cotidianas: mamá, papá , casa, libro…Y es ahí cómo descubren que lo que acaban de leer significa algo.
Además de las palabras cotidianas, asociarlas con un dibujo que es uno de los recursos con los que se suele contar. No obstante, hay que estar pendiente, ya que hay que evitar que dejen de leer e intenten adivinar lo que pone por el dibujo. Tampoco hay que subestimar la memoria de los pequeños ya que pueden ser capaces de aprenderlo por el mismo orden que se les ha explicado y evitar leerlo.
Aparte los dibujos y palabras cotidianas, a continuación señalamos una serie de trucos o recursos para poder estimular la lectura en los niños.
- Crea rutina. No importa si se lee solo 10 minutos, mejor eso que nada. Busca un rato, quizá después del baño y fíjalo como ritual. Al principio puede costarle mucho y, por tanto, llegar a sentir rechazo, pero terminará adaptándose.
- Fomenta su autonomía. Pregúntale qué libro quiere leer de alguno que tengas pensado, hazle responsable de marcar por dónde vais e intenta que haga un resumen de lo que leísteis el día anterior cada vez.
- Asegúrate de que lo haya entendido. Como se ha dicho anteriormente, una cosa es el mecanismo de la lectura y otra, muy distinta, su comprensión y asimilación. Por eso, se aconseja que se haga una serie de preguntas para cerciorarse de que se ha comprendido bien e intentar que el niño o la niña explique lo que han leído con sus propias palabras, llegando a conclusiones o resolviendo dudas por sí mismo si fuera necesario.
- Hazle partícipe de la vía pública. La calle está llena de carteles de todo tipo, desde los nombres de las calles hasta las señales de tráfico o publicidades en las marquesinas. Déjale que empiece a desmarañar todo y a descubrir toda la información que la ciudad encierra.
- Hazle escribir. Es tan importante aprender a leer como aprender a escribir. Normalmente van de la mano y hay que potenciarlo a la misma vez. Frases cortas y sencillas sobre lo que se acaba de leer puede ser un buen método para conseguir las dos cosas.